lunes, 7 de mayo de 2018

Resistencia a Antibióticos


RESISTENCIA BACTERIANA
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Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Para los hogares:
  • Utilizar los antibióticos únicamente cuando los haya prescrito un médico
  • Completar el tratamiento prescrito, aunque ya se sienta mejor
  • No dar los antibióticos sobrantes del tratamiento a otras personas ni reutilizarlos
  • Recordar que los antibióticos no deben utilizarse para tratar gripas o resfriados


Para los profesionales de la salud:
  •  Mejorar la prevención y el control de las infecciones
  •  Prescribir y dispensar antibióticos sólo cuando sean verdaderamente necesarios
  •   Prescribir y dispensar los antibióticos adecuados para cada enfermedad

Para los planificadores de políticas:
  • Reforzar el seguimiento de la resistencia y la capacidad de laboratorio
  •  Regular y fomentar el uso apropiado de los medicamentos
  •  Fomentar la innovación y la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos
  •  Promover la cooperación y el intercambio de información entre todas las partes interesadas.
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La utilización de antibióticos ha aumentado un 40% en 10 años y es significativo que los países con mayor consumo, entre los que figura España, son también los que presentan mayor índice de resistencias bacterianas. Las autoridades sanitarias deben actuar con determinación en dos frentes principales. En primer lugar, el abuso en humanos. Hay que evitar usar antibióticos en infecciones víricas como catarros o procesos gripales, pues ahí no son eficaces y favorecen las resistencias. Es inaceptable que las farmacias dispensen antibióticos sin receta, cuando está prohibido. Eso facilita la automedicación.

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RESISTENCIA BACTERIANA

Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos.
Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.
La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad.
Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria.


Tipos de Resistencia Bacteriana 

  • Resistencia natural (intrínseca): esta es propia de cada individuo. 
  • Resistencia adquirida: fruto de un mal uso de los fármacos. Esta puede llevar a un fracaso terapéutico. 

Ante casos de trasplantes, tratamiento de quimioterapia para en cáncer, tratamiento de la diabetes o casos de cirugías mayores, los antibióticos juegan un papel fundamental para prevenir infecciones. La resistencia a estos antimicrobianos, permite que las infecciones avancen, dando, en muchas ocasiones, desenlaces fatales.

Factores pueden acelerar la aparición de la resistencia bacteriana

Con el paso del tiempo, y de forma natural, se dan diversas modificaciones genéticas que acaban dando lugar a la resistencia bacteriana. Pero es importante tener en cuenta que el abuso y el mal uso de los antibióticos aceleran este proceso. En ocasiones, tanto personas como animales utilizan antibióticos sin supervisión médica. Un claro ejemplo de ello es tratar las infecciones víricas, como resfriados o gripes,  con antibióticos.
Los microbios y bacterias resistentes a diferentes antibióticos, están presentes en personas, animales, los animales y en el medio ambiente. Éstos pueden transmitirse con cierta facilidad entre personas y personas, o personas y animales y ambiente. Un  mal control de las infecciones, unas condiciones sanitarias deficientes y una mala manipulación de los alimentos, fomentan la propagación de las resistencias mencionadas.

Prevención
  • En los hospitales, se recomiendan que existan grupos de control que incluyan especialistas en enfermedades infecciosas, incluyendo un farmaceuta clínica un microbiólogo clínico, un especialista en sistemas de información, un profesional en control de infecciones y un epidemiólogo, entre otros.
  • En las comunidades, impartir programas para promocionar el buen uso de los antibióticos. Concienciar y educar a la sociedad sobre un uso adecuado de los antibióticos en primordial para evitar resistencias bacterianas en un futuro.
  • Un buen diagnóstico. Mejorar los métodos de diagnóstico puede ayudar a reducir el uso de antibióticos. Es por este motivo que la comisión recomienda mejorar los laboratorios de microbiología y de ese modo ofrecer resultados más precisos y en menos tiempo.
Respuesta de la OMS
La lucha contra la resistencia a los antibióticos reviste alta prioridad para la OMS. La Asamblea Mundial de la Salud aprobó en mayo de 2015 un plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos, incluida la resistencia a los antibióticos. Su finalidad es asegurar que se pueda seguir previniendo y tratando enfermedades infecciosas por medio de fármacos eficaces y seguros.

El plan de acción contiene cinco objetivos estratégicos:
  • Mejorar la sensibilización y los conocimientos en materia de resistencia a los antimicrobianos;
  • Reforzar la vigilancia y la investigación;
  • Reducir la incidencia de las infecciones;
  • Optimizar el uso de medicamentos antimicrobianos;
  • Asegurar que se realicen inversiones sostenibles en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos.